Tradiciones.
Tradiciones si, pero no las extrañas sino mas bien las propias. Crecí en un país con poca tradición, o al menos eso creía yo, pues no recuerdo muchas durante mi niñez, quizás por que nunca me interesó o quizás por que estaba muy sumergido en medio de ellas como para darme cuenta, lo cierto es que las tradiciones nunca dejaron de existir como uno pareciera creer, siempre han estado ahí.
Si viajo a mi infancia e intento recordar alguna, se me aparece el Señor de los Milagros instantáneamente. Bien! En menos de sesenta segundos ya tengo una. Pero si intento seguir, difícilmente sumo otra antes de que terminen los siguientes sesenta segundos. Quizás por eso me gusta tanto que llegue Septiembre a Chile, un mes de tradiciones, un mes familiar, de fiesta, de juegos, de bailes, hasta la Iglesia se viste de gala y por doquier nos regala una hermosa Misa a la Chilena... y acto seguido, el vacío sentimiento de no tener ninguna tradición similar en mi Perú... Mucho tiempo pensé que las tradiciones en mi tierra natal se habían perdido, que eran cosa del pasado, que los largos años de terrorismo habían sepultado nuestras tradiciones junto a tantos miles de hermanos, pero la verdad es que nunca desaparecieron, siempre estuvieron ahí para el que quería verlas, para quien, como mi padre, las vivía intensamente.
Hoy es 31 de octubre, hoy es noche de brujas en el mundo, hoy mis propios hijos saldrán a pedir dulces o travesuras, y aunque reconozco que me regocijo con la alegría de ellos, mis latidos esta noche entonarán un vals peruano al compás de una guitarra bien criolla y tu cajón. Por que mis tradiciones siempre estuvieron ahí, por que mi padre me las inculcó silenciosamente durante toda mi vida, por que hoy es, en mi alma, el Día de la Canción Criolla. Y aunque tuve que salir de mi tierra para notarlo, esta noche estaré Contigo Perú.
Gracias Arturo "Zambo" Cavero.
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