jueves, 8 de octubre de 2009

Día III

Tengo mucho que aprender...

Olvido de repente que estoy en este mundo paralelo y quiero hacer cosas que no estoy capacitado aún para hacer, siento la energía y la vitalidad para poner el mundo de cabeza, pero soy aún un embrión seguro en su cúpula materna con conocimientos que no debo tener, o al menos que no debería tener aún, y eso me hace peligroso, peligroso para mí mismo y para los que me rodean.

Olvido que no estoy sólo, que hay gente que depende de mi, que hay gente que me mira, que me cuida, que espera cosas de mi, que confía en mí. Sigo siendo un embrión en tu vientre que juega a no tener nada que perder, pues siempre estarás tú para protegerme, pero no es así. Estoy naciendo a una nueva vida, a un nuevo mundo a un universo paralelo al que yo conocía, y definitivamente, tengo mucho que aprender.

Hubo un tiempo en que yo enseñaba, en que yo podía enseñar, en que yo sabía enseñar. Tal vez deba plantearme esa experiencia en mi aprendizaje. Enseñar, no transmitir, no parlotear, enseñar. Todos nacemos para algo, durante nueve meses una lluvia de experiencias fluyen alrededor nuestro, experiencias que no son nuestras, experiencias de nuestra madre, de lo que ella siente, de lo que ella vive, y nosotros nadamos en ese mar de sensaciones, tomamos lo que queremos, lo que podemos, lo que sentimos, y lo hacemos parte nuestra, y nacemos con esas vivencias. Tengo mucho que aprender.

Ese correo me hizo pensar, hice una pausa, recapacité, y llegué a esta conclusión. No es tarde aún, sigo formándome, sigo aprendiendo seguro al calor del hogar, con los oídos abiertos para escuchar y no simplemente oír. Fue como un llamado de atención, una alerta de que no estamos solos, de que hay gente a nuestro alrededor, de que dependemos tanto de los demás como los demás dependen de nosotros, de que esperamos tanto de todos como todos esperan tanto de uno mismo. Tenemos las mismas necesidades pero somos todos distintos, y esa es la clave, todos somos distintos, y por lo tanto tenemos distintas necesidades, distintos gustos, distintas atenciones. Tengo mucho que aprender, y poco tiempo antes de nacer. Sólo sesenta días en tu refugio antes de salir al mundo.

Tengo mucho que aprender, pero también tengo mucho que enseñar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario