miércoles, 7 de octubre de 2009

Día II

¡Como puede una llamada telefónica cambiar el rumbo de las cosas!

Hoy venía pensando en que escribir, y tenía varias ideas dando vueltas en mi cabeza, partiendo por la sensación que me produjo leer mis escritos del Día I. Debo aclarar que usualmente no suelo leer lo que escribo, pero cuando lo hago me cambio los zapatos por los del lector, y ayer me quedaron varias sensaciones inconclusas. Buen tema para hoy, aunque un poco repetitivo. No, mejor hablar de la pasión de multitudes, claro, buen comienzo y mejor final, al margen, es increíble la paz que se siente después de darle de patadas a un pobre e indefenso balón, ¿que será?, ¿nuestro instinto animal que florece tal vez?, quien sabe...

Pero no, las ideas aún no estaban claras, hasta recibir ese llamado que cambió por completo la historia de este día, adrenalina corriendo desde el minuto en que se pronunciaron las palabras clave, el cerebro pensando a mil por hora, alternativas, soluciones, sensaciones, pasar de la pasividad a ser capaces de saltar en paracaídas a 20 mil pies de altura, del control absoluto a la impotencia eterna, en definitiva sólo una frase: ¡Que frágiles e indefensos somos cuando nos tocan el ADN!.

Todo lo controlamos para sentirnos fuertes y poderosos, pero cuando algo escapa a nuestro control, no somos capaces de nada por unos instantes, después viene el efecto contrario, y nos ponemos por encima del mundo capaces de resolver el mayor de los problemas en un instante, y luego volvemos a caer, en un ciclo interminable... ¿interminable?... no, nada es interminable, luego de la tormenta llega la paz, y es en este valle cuando intentamos controlarlo todo de nuevo para seguir siendo fuertes, la calma al fin.

La llamada me trajo varios recuerdos a la cabeza, recuerdos que no quiero recordar, pero que están siempre ahí, permanentemente en mi interior. Ya dejé de luchar contra ellos, entendí que no hay forma de que desaparezcan, así que ahora intento hacerme fuerte con ellos, pero no es fácil, el último tiempo ha sido duro, lleno de pruebas y sacrificios, de tristeza y amargura, de soledad, pero también de esfuerzo y alegría, y así es como seguirá siendo.... de esfuerzo y alegría.

Lo de hoy fue solo un susto, sesenta minutos de angustia que no pasaron a mas. Se preguntan cual fue el motivo, pues les diré mejor que las palabras clave fueron...: "...su hija está llorando con un dolor en el apéndice."

1 comentario:

  1. Amor, gracias a Dios, fue solo un dolor de estomago, y no paso a mas, imagino tu angustia y susto, estando solo por alla, solo por no estar contigo ahi apoyandote, por que sabemos muy bien que estas rodeado de muy buenos amigos.
    Te amo mucho,
    Monchy.

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